17 diciembre 2005

si somos todos suicidas


Y quien no pensó alguna vez en acabarlo. Dejar la nota, o no… cortarse las venas con tendones y todo, o no… Y mil variantes, en motivos y en métodos. Están los clásicos, los impecables que por no ensuciar se cortan las venas en la bañera… las venas de los pies, que son mas superficiales y menos necesarias para velar a cajón abierto. Estos son individuos limpios generalmente, en ciertos casos con un complejo obsesivo compulsivo (diría yo, sin ánimos de ofender, en la mayoría de los casos). También están los dramáticos que se lanzan del balcón para salir en crónicas; y aquellos miedosos, que por las dudas lo hacen rápido antes de que llegue la chica de la limpieza y se pegan un tiro. Mis favoritos son, sin dudas, los originales. Aquellos que siempre soñaron con morir aplastados por un piano y se las arreglan para hacer su sueño realidad. Envenenadose en un asado familiar, tirándose románticamente por un puente en el centro de la ciudad o sacándose la piel a trozos, los originales siempre dejan mas de si en el mundo de lo que se llevan. Dejan esa mística de lo ingenioso, que muchos otros después imitan. Casi una inspiración. Y como para no olvidarse de ellos, también están esas pobres víctimas que siempre fueron mufa… les fue tan mal en la vida como en la muerte y tienen tanta, pero tanta mala suerte que yerran el tiro, o se tiran del 2do piso por accidente, o son descubiertos en la bañera, justo, justo cuando parecía que finalmente iban a lograrlo. Y digo finalmente, para dejar en claro que esta gente es suicida de hecho y de derecho, no se andan con pavadas ni quieren llamar la atención. Ellos quieren morir, sin importar los motivos. Y aquí justamente nace el segundo debate sobre el suicida: si lo hizo por cobarde o por valiente. Yo me inclino a pensar que es una valentía bastante temerosa, una especie de gallinada intrépida, pero nunca, jamás deja de ser un acto considerado y de respeto por su medio ambiente,… o no. Todo dependiendo de que tantos problemas estaba causando al mundo en cuestión. O de que importancia tenía el individuo en semejante espacio. Si no tenia ninguna importancia, ni buena ni mala, lo mas probable es que haya muerto para hacer sentir culpables a todos los que no lo consideraban… de ningún modo. Y este no deja de ser un loable motivo. Motivo por el cual, por ejemplo, una amante desesperada se toma un tarro de desinfectante de pisos,… en búsqueda de que, finalmente, su amor platónico (o no…), la tome en consideración, aunque mas no sea yendo a la misa en su honor. Motivos miles. Los mas comunes van desde “ya no se como seguir viviendo y nunca lo supe”, “desde que me dejaste no puedo vivir sin ti”, “hay un hueco en mi interior que no resisto y no puedo llenar” (no voy a abandonar la teoría de que solo era necesidad de comerse una empanadita…), y el célebre e inmortal “mi vida no tiene sentido”, como si al sentido tuviera que tenerlo la vida en vez de uno. Se puede llegar hasta un patético “no se como pagar el cable”… que en si no es motivo… el motivo es mas bien “no puedo vivir sin el codificado”, o rebuscando en el subconsciente un “billetera mata galán”, pero estos son menos factibles de reconocimiento (por el suicida, por supuesto).
Hago un paréntesis para aclarar que no quiero ser déspota, ni insensible con mi análisis. A los familiares de suicidas, mis mas sentidas condolencias. Porque el suicida no es mas que un idiota emocional o social, y en tal caso, lo iba a hacer de todos modos, así que nadie tiene potencialmente la culpa. Talvez si una pequeña culpa aleatoria, pero no la culpa en si.
Sigo. Hablábamos de motivos. El mío, aunque a pocos les importe, es el de la nada. Otro celebre. Solo la nada, y la nada absoluta. Y nada de nada tiene un motivo. En realidad creo que eso de buscar razones para lo irrazonable no tiene razón de ser. No es que considere solo validas mis explicaciones, mis formas, mis imágenes de ver la muerte, mi muerte. Solo digo que en mi mundo, en esta cueva oscura en la que habito, la verdad absoluta es el silencio absoluto. La falta de aire, de aire existencial y vivo. No se para quien no es la solución morir. En todo caso, yo tambien reconozco que soy una idiota emocional. Morir en realidad no soluciona nada, pero para mi, acaba por fin con todo. Y si hay algo del otro lado o no lo hay,… bueno, no es lo que importa. Lo que importa es hoy morir, no dejar ni un vestigio de mi alma en este asqueroso pantano. Pero esa es solo mi personificación del suicida. El maldito suicida que soy yo, y que sos vos, del otro lado. Este suicidio que mata lo mío y lo tuyo y las imágenes y todo. Recuerdo poesías que no son mías. Otros miles de mundo paralelos. Y me rompo y me pierdo. Y me termino. No le dejo nada a nadie. Y que me quemen. Gracias

3 comentarios:

Unknown dijo...

benja, todo es justificable, siempre y cuando se tengan las herramientas dialecticas para tal fin. De hecho, yo puedo justificar cualquier cosa, desde porque una mañana decidí no lavarme los dientes y me fui a la cama sin hacerlo, hasta la cima de la racionalizacion de porque no es malo (en realidad, es hasta saludable) que siga fumando la etiqueta diaria. Y vos de eso sabes bastante... o me equivoco?

mora blueness dijo...

escribiste "la solución es morir"

y es muy cierto

morir al hoy viernes que se acaba y renacer al mañana sábado
morir y matar: encapsular en recuerdos los momentos que ya no son y rescatar las esencias, que seguro algún día morirán (o las asesinaré cuando no me convenzan)
morir es crecer
saber morir es otro tema

nuestros horizontes intelectuales y emocionales se agigantan en profundidad a medida que los comprendemos desde sus opuestos. x eso es que morir es vivir.

Unknown dijo...

...gracias por tu inacabable positivismo frente a mi negatividad. Es cierto, y además funciona lo que decis... Pero, a mi me gusta el fatalismo, vivo de eso, es mi esencia. Todo o nada... y morirse a medias... que se yo. Buena onda, pero...todo bien. boluda