17 diciembre 2005
No/ somos irrompibles
Ese infante interno no es un irrompible. Es solo un mocoso triste, sentado en una esquina en el forndo de la habitaciòn de tus recuerdos mas oscuros. Alrededor todos tus personajes, las cuatro mil quinientas mascaras de tu subconciente. Estas nuevas caras, los ahora nuevos y mejorados irrompibles custodian la entrada. Explorar a cada uno y darle de baja, es un trabajo eterno y a gotador. Inutil en el sentido de que nadie quiere dejar de ser irrompible. Y el mocoso se queda en el fondo de la habitacion, por mil decadas mas, respirando nostalgia y terror y azufre
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