17 diciembre 2005

casamiento?


El Viernes me casé contigo. La boda en el registro civil resultó tal y como lo planeamos. Tu traje estaba espléndido, el mío, color marfil, limpio por ser nuevo. Firmamos. Legalmente somos marido y mujer. Fue toda una historia sacarme el arroz del pelo antes de la ceremonia. Mamá me maquilló y me peinó. Nunca había visto un vestido tan hermoso. Supongo que vos tampoco. No pudiste cerrar la boca hasta que llegué al altar y te tomé de la mano. La ceremonia empezó justo a las diez en punto. La música de entrada. Todos nuestros amigos. Tu mamá que lloraba como una Magdalena, y mi hermano, que con cara de resignación me da una bendición de cuatro palabras que casi, casi no significa nada. Tus cinco ex novias esperaron en la puerta y casi me ahorcan en los abrazos de felicitaciones. En la fiesta encontramos nuestras miradas tantas veces!. Todo era como el primer día. Lo sentí en el beso antes del bals, luego del pequeño incidente con tu prima, que casi cree que mi felicidad se iba a acabar si desmenuzaba y machacaba a pisotazos el ramo. Fue un beso tímido, hermoso, cálido. Lo necesité después del baile, cuando tuvimos que despedir a mi tío, que ya borracho comenzó a mirar y hacerle ojitos a mis ex compañeras del secuendario. Gracias.
Eran ya las seis de la mañana cuando llegamos al hotel. El nerviosismo del día había pasado. Todo había sido perfecto. Me tomaste en tus brazos y cruzamos el umbral. Ya sabiamos todo. Yo ya lo sabía. Me senté en el borde de la cama. Estaba estática. No pensaba moverme. Te sentaste a mi lado. Intentaste besarme y te corrí la cara. Se me escapó una lágrima. Volví a mirarte. Tus ojos cambiaron tanto! Los de la emoción de la fiesta se transformaron en toda una mirada de desconcierto. Acariciaste mi pelo. Me dijiste que me entendias, que estaba cansada, que ibas a esperar. Nos acostamos y dormimos. Soñé con la condenación y la muerte. Soñé con qué pasaría en el futuro. El Sábado me desperté temprano y me escapé. Es demasiada felicidad. Todo es espantosamente perfecto. Salí corriendo. ¿Y que más podía hacer? Fantástica e irrealmente monstruoso... tendré que hacerme a la idea

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